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Detector de movimiento por tecnología PIR, destinado a montaje empotrado en falso techo o pared. Destacable por sus reducidas dimensiones, permite la conexión de todo tipo de cargas luminosas. Su campo de detección es de 6 metros de diámetro, por lo que resulta idóneo para aquellas aplicaciones en las que por motivos de estética o seguridad deba pasar lo más desapercibido posible como museos, salas de exposición, despachos o incluso aseos.
